Publicado en Clarín el 19 de octubre de 2015
Si a usted le gustan las intrigas palaciegas, los secretos que dos periodistas españoles acaban de revelar en un libro sobre “La Corte de Felipe VI”, debería ser una festival de lectura. Porque entre otras cosas, allí se cuentan las maldades que se dijeron sobre la Reina Letizia cuando era apenas una plebeya con intenciones reales. El más brutal de todos al parecer fue el propio rey Juan Carlos que la llamaba “la chacha”, es decir la muchacha, la mucama.
El libro de los periodistas Daniel Forcada y Alberto Lardiés, arranca con la abdicación inesperada de Juan Carlos, en medio de grandes de escándalos, entre ellos, el del rey matando elefantes en África.
A partir de este cambio, los autores van desgranando verdaderas perlas informativas, salpicadas de anécdotas hasta ahora inéditas, situaciones muy complicadas tanto en el ámbito familiar como en la corte paralela que rodeaba al Juan Carlos y en algunos casos al rey actual cuando era príncipe.
Hay todo tipo de anécdotas, como las escapadas del príncipe a Sain Martin con la rubia, Gigi Howard, con quien salía en los 90, en vez de estar estudiando para sus exámenes universitarios, como decía la Casa Real.
Y claro, Letizia merece un capítulo aparte. Se habla de los amigos “pijos” que ninguneaban en aquellos primeros años de noviazgo a la futura princesa, a la que en tono despectivo llamaban «la periodista» o «la chacha».
Algunos de ellos, como relatan Forcada y Lardiés, ya no forman parte del círculo familiar de los Borbón-Ortiz y otros no son del agrado de la reina, pero Felipe los sigue tratando en solitario.
Según un el Daily Mail, que se hace eco del revelador libro, el rey Juan Carlos temía por la familia real si el heredero al trono se casaba con Letizia. A los ojos del monarca, ella era una mujer “simple, divorciada, común”.
Los periodistas sotienen que Juan Carlos entretenía a sus amigos con chistes sobre Letizia y cómo su llegada devastaría a la realeza, y también usaba el término “la chacha”.
En 2003, le dijo a sus amigos, que Felipe “estaba a punto de destruir la monarquía”, cuando se enteró de su determinación de casarse con Letizia.
Cuando empezó el noviazgo, muchos pensaron que aquello sería un romance pasajero. Y, claro, se equivocaron.
Alberto Lardiés 